La Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina, fue pionera en la enseñanza de Informática Médica; la Cátedra de Informática Médica (C.I.M.) fue creada en el año 1992, desde entonces comenzó a formar parte de la Carrera de Medicina y desde 1993 como materia obligatoria del plan de estudio. Tuvo desde sus inicios la primera computadora de la Facultad de Ciencias Médicas, donada en aquel entonces por el que fuera el creador de la asignatura, el Prof. Dr. Hugo Juri. Es actualmente una materia del primer año, que incorpora tecnologías y conceptos novedosos en constante crecimiento. En casi todas las universidades del mundo donde se enseña Ciencias de la Salud fueron incorporando la enseñanza de la Informática Médica, bajo distintos nombres: Informática Médica, Bioinformática, Informática Biomédica, Informática Sanitaria, etc. Por ejemplo, en Estados Unidos de América, la Universidad de Columbia crea en el año 1995 el Departamento de Informática Médica a partir del Centro para las Ciencias de la Información Médica.
Actualmente la Informática Médica no solo integra la formación de grado de los estudiantes de medicina, sino también es una parte importante de la formación de postgrado a nivel internacional.
Desde la antigüedad, la medicina ha sido la única ciencia que se ha revelado capaz de integrar el progreso científico de otras disciplinas a su propio desarrollo. Corresponde hacer la siguiente reflexión sobre la incorporación de avances tecnológicos a la currícula de la Facultad de Ciencias Médicas:
"Guiándonos por el precepto que toda innovación tecnológica en el campo de la medicina debe tener como finalidad, la anticipación previsible de las enfermedades, la profundización de la mirada clínica y acrecentar su arsenal terapéutico, ningún desarrollo instrumental podrá reemplazar la fecunda interacción humana que supone el encuentro entre el médico y el paciente. En este contexto, la incorporación de tecnologías de la información aleja la idea de sustitución intelectual y humana del profesional médico, sino que aproxima la posibilidad de disminuir los posibles errores que supone la toma de una decisión diagnóstica o terapéutica, en virtud de la fascinante posibilidad de tener disponibles enormes magnitudes de información y por otro lado, la ilimitada capacidad de transmitir el conocimiento y la experiencia generados por la investigación o la actividad profesional"